La palabra “January” tiene su origen en el latín. En el antiguo calendario romano, el año comenzaba con el mes de marzo. Sin embargo, alrededor del año 713 a.C., el rey Numa Pompilio ajustó el calendario para que coincidiera con el ciclo lunar y añadió dos nuevos meses: enero y febrero.
Proviene del dios romano Janus, que era venerado como el dios de las puertas y los comienzos. Es representado con dos caras que miran hacia el pasado y el futuro, simbolizando así la transición y el inicio de nuevas etapas.
A medida que el latín evolucionó y se transformó en el inglés moderno, la influencia de las lenguas germánicas también se hizo presente. En inglés antiguo, el mes de enero era conocido como “Geola” o “Giuli”, términos que se vinculaban a celebraciones y rituales relacionados con el solsticio de invierno.
Con el tiempo, la influencia del francés y la normanda en el inglés medio también contribuyó a la consolidación del término “January“. A través de estas influencias, la palabra mantuvo su conexión con el dios Janus y se estableció como la designación del primer mes del año en el calendario gregoriano, que es el que utilizamos hoy en día.
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